Esta
Ley se basa en un lema que dice: Como es arriba es abajo; como es abajo es
arriba”. Este principio encierra la verdad de que entre los diferentes planos
en que se manifiesta la vida, existe una concordancia o correspondencia que nos
unifica, es decir, ellos se entrelazan los unos con otros formando un todo
armónico.
Según
Hermes considera que la vida se manifiesta en tres planos principales: Plano
Físico, Mental y Espiritual y estas divisiones son más o menos arbitrarias,
porque solamente son separadas por un grado de vibración, y no existe
exactamente una línea divisoria que los separe, sino que según el grado de
vibración uno se va esfumando en el otro, hasta constituir ese todo armónico,
siendo su punto de manifestación más denso más bajo, la materia, y el más alto,
el espíritu. A más alta vibración mayor altura de manifestación viviente; a más
baja vibración, manifestación más baja en la escala de la vida. Estos tres grandes
planos pueden ser considerados como tres grupos de vida en manifestación.
Recordemos
que “Plano” es un término que se usa frecuentemente sin conocerse su íntegro
significado. No es un lugar ni una dimensión ordinaria del espacio, pero, sin
embargo, es más que un estado o condición. Puede ser considerado como un estado
o condición, pero entendiendo que el estado o condición es grado dimensional,
depende de una escala, está sujeto a medida.
Ya
tenemos una idea de la forma en que actúa el principio de Correspondencia, que
nuestro propio ambiente terreno y en todo lo que nos rodea, podemos leer,
descifrar, traducir como ocurren esas mismas cosas en otros planos. Que toda
acción y condición tienen su analogía o su correspondencia en todos los demás
planos de existencia, siempre tomando en cuenta que, a medida que la vida se
eleva, se van ampliando las experiencias y los poderes.
A
veces el hombre vive en situaciones que no la espera, o que nunca se ha dado
cuenta que estaban cerca del o dentro de dichas condiciones, como dudas,
temores, rabias, tristezas, etc. No podemos juzgar y apreciar exactamente cómo
es una condición de vida superior a aquélla que estamos viviendo. Un pobre
piensa de un rico “¿Cómo será de agradable él tenerlo todo?”. No lo está
experimentando y no lo podrá apreciar totalmente hasta que se encuentre rico,
aunque sí puede anticipar el agrado juzgando por lo que él mismo siente cuando
logra satisfacciones, de acuerdo con su nivel económico.
Eso
mismo ocurre entre planos o dimensiones. La hormiga vive en primero dimensión.
La mente en ella no pasa de un ser un instinto. No le es posible, pues, ni
calcular, siquiera la vida de un hombre. A esto he querido llegar para explicar
el término “conciencia” que tanto usamos en Metafísica y cuando mencionamos la
“conciencia” espiritual y la “conciencia material”, “el derecho de conciencia”,
etc. Es el estado de adelanto o de atraso. Es el estar consciente de algo, en
pleno conocimiento por el hecho de estar experimentándolo en carne propia o en
mente propia.
Si
a la hormiga le fuere posible meditar sobre el hombre y si se le pudiera
enseñar a aplicar el principio de Correspondencia, habría que decirle
aproximadamente: “Un hombre es un ser como tú, que fabrica su casa como tú, que
buscas alimento como tú, que tiene su gobierno como tú y sus reglas de buen
convivir, como tú”. Nada de lo demás lo puede captar porque nada de lo demás ha
entrado en su plano de conciencia.
En
cada plano existen adelantados que ya están casi a punto de ascender al próximo
plano de conciencia, y que ya vislumbran, o presienten las condiciones
superiores. Entre los animales hay perros, caballos, etc., de los cuales se
dice, “le falta poco para hablar”. Entre los hombres surge un Jesús, por
ejemplo, que condesciende en regresar a un plano inferior con propósito de
enseñar a adelantar.
Nosotros
estamos ya entre-planos, viviendo y aprendiendo las condiciones del plano
Mental, al cual nos estamos graduando. Se dice de nosotros que estamos
desarrollando “la conciencia espiritual”, o sea, que nos estamos haciendo
consiente de cosas insospechadas por la gran mayoría que vive en “la conciencia
material”. Por esto, es que la gran mayoría rechaza la idea de que los
Platillos Voladores pueden ser naves espaciales dirigidas por superhombres, que
vienen a escrutarnos, tal como nosotros nos detendríamos a escrutar a una
pajarita en su nido empollando sus huevecitos no nos quieren mal. Sólo nos
ayudan. Como es abajo es arriba.
Conny Mendez
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