viernes, 25 de octubre de 2013

Servicio- Julio Bevione


La generosidad es la llave de la plenitud. Cuando sientas que por algún
motivo te has desconectado de la abundancia, por en acción tu generosidad
a través del servicio.

La satisfacción del que da es inmediata, y esa sensación te conectará otra
vez con La Zona.


Cuando das generosamente, renunciando a ser retribuido con otras cosas, un
gesto o una palabra lograrás ir más allá de tus miedos que te dicen que al
dar vas a perder.

Un Curso de Milagros dice que “sólo tienes lo que das pierdes lo que
tratas de retener”. Esto pone claramente de manifiesto que la satisfacción
de tener es una experiencia que no está relacionada con la posesión de
alguna cosa material, un conocimiento o un poder, sino con el podes
disfrutar lo que tenemos cuando esa experiencia no encierre miedo. Eso se
logra al compartir y, especialmente, al dar con alegría.

La generosidad tiene su máxima expresión el servicio.
Esta semana pregúntate: ¿cómo puedo servir?
Para servir no debes hacer nada que no sepas, ni mucho menos que no
quieras hacer.
Verás que una palabra amorosa pude ser suficiente. Una ayuda precisa a
quien la necesite o un gesto de atención para un desamparado puede cambiar
radicalmente la forma como te sientes. Verás que por el sólo hecho de ser
como eres, tienes todo para lograrlo.
Para eso hay una sola condición: que sea hecho con el corazón, con la
renuncia a esperar algo a cambio o a ser reconocido por ello.
Cuando un acto de servicio parece trabajo, detente y cuestiona tu
verdadera intención. Serás recompensado, pero ese no es tu propósito. Si
lo es, encontrarás desilusión.
Al brindar servicio, no estás haciendo nada realmente importante por
nadie. Lo que a esa persona le puedes dar, cualquiera lo puede hacer. Pero
lo que vas a recibir, sólo tú te lo puedes dar.
Ponlo en práctica durante esta semana. Quizá no encuentres un servicio en
particular que puedas realizar, pero sí puedes tener una actitud se
servicio en tu manera de relacionarte. Buscando el máximo interés de la
otra persona, sabiendo que no hay nada que perder, encontrarás la paz.

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