miércoles, 30 de octubre de 2013

TE AMO

TE AMO
Con la técnica Ho´o pono pono, decir TE AMO, a esa enfermedad, a esa persona a esa circunstancia que nos lastima y que se ha manifestado ahora sabemos, por esas memorias o ideas erróneas, es la mejor forma de transformarla, porque el amor, es lo único que sana, el amor es lo opuesto al miedo.
Mis memorias las amo, amo lo que han manifestado y que hoy se materializa en mi vida a través del dolor, del sufrimiento, es muy difícil, pero cuando lo hacemos es una forma de liberarnos, de decirles que ya no las necesitamos más en nuestra vida y es así como se realiza el proceso de sanación, es así como se realiza la auto curación, la limpieza, es así como rectificamos esos pensamiento erróneos.
Cuando digo, Te amo, es que el amor comienza en mí y se extiende a todos los demás, y entonces dejo de querer cambiar lo que no me gusta de mí, lo que no me gusta de los demás y lo que no me gusta de las circunstancias.
El DR. IHALEAKALA HEW LEN, con esta técnica, establece especialmente que todas aquellas personas que se encuentran en nuestra realidad, comparten una memoria de vida con nosotros.
Entonces cuando yo conozco a una persona que me lastima en lugar de juzgarla, de agredirla, de separarme de ella o intentar cambiarla, busco el punto que tenemos en común y digo LO SIENTO, POR FAVOR PERDONAME, GRACIAS, TE AMO.

Extraido del libro HO´O PONO PONO
TECNICAS PARA SANARERENDIRA MORALES DE ALVEZ

viernes, 25 de octubre de 2013

Servicio- Julio Bevione


La generosidad es la llave de la plenitud. Cuando sientas que por algún
motivo te has desconectado de la abundancia, por en acción tu generosidad
a través del servicio.

La satisfacción del que da es inmediata, y esa sensación te conectará otra
vez con La Zona.


Cuando das generosamente, renunciando a ser retribuido con otras cosas, un
gesto o una palabra lograrás ir más allá de tus miedos que te dicen que al
dar vas a perder.

Un Curso de Milagros dice que “sólo tienes lo que das pierdes lo que
tratas de retener”. Esto pone claramente de manifiesto que la satisfacción
de tener es una experiencia que no está relacionada con la posesión de
alguna cosa material, un conocimiento o un poder, sino con el podes
disfrutar lo que tenemos cuando esa experiencia no encierre miedo. Eso se
logra al compartir y, especialmente, al dar con alegría.

La generosidad tiene su máxima expresión el servicio.
Esta semana pregúntate: ¿cómo puedo servir?
Para servir no debes hacer nada que no sepas, ni mucho menos que no
quieras hacer.
Verás que una palabra amorosa pude ser suficiente. Una ayuda precisa a
quien la necesite o un gesto de atención para un desamparado puede cambiar
radicalmente la forma como te sientes. Verás que por el sólo hecho de ser
como eres, tienes todo para lograrlo.
Para eso hay una sola condición: que sea hecho con el corazón, con la
renuncia a esperar algo a cambio o a ser reconocido por ello.
Cuando un acto de servicio parece trabajo, detente y cuestiona tu
verdadera intención. Serás recompensado, pero ese no es tu propósito. Si
lo es, encontrarás desilusión.
Al brindar servicio, no estás haciendo nada realmente importante por
nadie. Lo que a esa persona le puedes dar, cualquiera lo puede hacer. Pero
lo que vas a recibir, sólo tú te lo puedes dar.
Ponlo en práctica durante esta semana. Quizá no encuentres un servicio en
particular que puedas realizar, pero sí puedes tener una actitud se
servicio en tu manera de relacionarte. Buscando el máximo interés de la
otra persona, sabiendo que no hay nada que perder, encontrarás la paz.

RUIDO-osho


La vida es ruidosa y el mundo está demasiado abarrotado. Pero luchar con
el ruido no es el modo de deshacerse de él; para conseguir esto hay que
aceptarlo totalmente.

Cuanto más luchéis, más nerviosos estaréis, porque la lucha más os
perturbará. Abríos, aceptadlo; este ruido también es parte de la vida. Y
en cuanto empecéis a aceptarlo, os sorprenderéis: ya no os perturbará. La
perturbación no procede del ruido, sino de nuestra actitud hacia el ruido.
El ruido no es la perturbación; esta es la actitud. Si os mostráis
antagónicos, os perturbáis; si no sois antagónicos, no os perturbáis.

¿Y adónde iréis? Allí donde vayáis sin duda habrá algún tipo de ruido; el
mundo entero es ruidoso. Aunque podáis encontrar una cueva en el Himalaya
y os sentéis en ella, echaréis de menos el ruido. Allí no lo ten­dréis,
pero tampoco tendréis las posibilidades de crecimiento que os pre­senta la
vida, y no pasará mucho hasta que ese silencio parezca aburrido y muerto.

No digo que no disfrutéis del silencio. Os insto a disfrutar de él; pero
el silencio no está contra el ruido. El silencio puede existir en el
ruido. De hecho, solo cuando existe en el ruido es un silencio real. El
silencio que sentís en el Himalaya o en los Alpes no es vuestro; pertenece
al Himalaya. Pero si en la plaza del mercado podéis sentir silencio,
podéis estar absolutamente cómodos y relajados, es vuestro. Entonces
tenéis un Himalaya en el corazón, ¡y eso es lo verdadero!



viernes, 18 de octubre de 2013

por Juan Ángel Moliterni

por Juan Ángel Moliterni
Sólo nosotros mismos somos quienes podemos convertir nuestra vida en algo que realmente valga la pena. No es bueno apelar a factores u órganos externos para que hagan esto por nosotros. Tales cosas no cambian nuestro nivel de ser, así que la vida sigue siendo como era, sea lo que sea que estemos haciendo o pensando. Sólo cuando empecemos a trabajar realmente en nosotros mismos, y a cambiar nuestros habituales modos de pensar y sentir, podrá ocurrirnos algo real o permanente. Pues el autocambio es el requisito básico para el cambio externo. Y el autocambio sólo puede acaecer como resultado del autoconocimiento y trabajo en uno mismo.
Centro Escuela CLARIDAD

La Bondad

Newsletter Claridad

Mensaje: La Bondad, Noticias para el corazón, Martes 15 de Octubre 2013, por Prem Rawat. Este es un Boletín editado y distribuido por Juan Angel Moliterni (www.escuelaclaridad.com.ar).
Hace poco, alguien me preguntó cómo ser bondadoso. Se sentía frustrado con su vida y quería ser “mejor persona”. Le dije: “No intentes ser mejor persona, porque ya lo eres. La bondad que quieres sentir, ya la tienes. Pregunta a un agricultor cómo prepara el terreno. No lo hace con frustración. Cuando te sientes frustrado tienes el anhelo, el deseo, pero no sabes qué hacer con él. Por lo tanto, prepara el terreno”.

Tú eres el terreno, prepáralo. ¿Cómo? Te harás un experto en aquello que más practiques en tu vida. Quizá seas bueno en sentirte frustrado. Si eso es lo que más practicas, te harás un experto en la materia. Así que, en lugar de eso, empieza a practicar la bondad.

Y para practicarla, sólo tienes que ser un poco más consciente. Si vas a hablarle a alguien, primero piensa: “¿A quién estoy hablando?”. Muchas veces los padres en realidad quieren decirle a sus hijos: “Te quiero”, pero no es eso lo que sale y, en cambio, les dicen: “¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué no puedes ser así? Te he dicho mil veces…”. Sin embargo, lo que verdaderamente quieren decirles es: “Te quiero”.

Ser consciente proporciona muchos beneficios. Lo sé porque cuando no soy consciente, digo cosas que luego lamento. Así que no me estoy dirigiendo a ti como un experto, sino como alguien que tiene mucha experiencia.
Conciencia. Ésta es tu vida. No dejes que las circunstancias la dirijan; sé tú quien dirige tu vida, lo que quieres, cómo deseas ser. ¿Quieres estar enfadado? A veces es bueno, pero otras veces deseas ser amable. Eres como un pintor. En tu paleta hay muchos colores. No tienes por qué usar sólo uno. Se trata de tu vida. La bondad está en ti. La inconsciencia está en ti y también la conciencia. Lo único que tienes que hacer es dedicar un momento a ser consciente. Es fácil. Simplemente espera un momento antes de hacer algo y piensa: “¿Qué es lo que estoy a punto de hacer? ¿Qué es lo que quiero hacer? Voy a hablar con esta persona, ¿cómo quiero sentirme después?”. Ésas son pequeñas cosas que puedes hacer. Y la más fácil de todas es sencillamente detenerte un momento.

Pero, ¿qué pasa con la “realidad” de todas las cosas que tienes que hacer? Ésa no es la realidad, es ficción. Para mí no hay ninguna diferencia entre pensar en todo lo que tienes que hacer y pensar que en el armario hay un monstruo, como hacías cuando eras pequeño. No hay ningún monstruo en tu armario. ¿Acaso debes hacer ahora todo lo que tienes que hacer? Quizá te levantas a las 6 de la mañana, pero la oficina no abre hasta las 9. Sin embargo, piensas: “Tengo que hacer eso, y aquello y lo de más allá”.

Dedica un momento a ser consciente. Sólo se tarda una fracción de segundo. Si vas pilotando un avión, más te vale no ser inconsciente y apretar el botón equivocado. Pulsar el botón correcto sólo lleva una fracción de segundo. Y si quieres ser consciente, sólo se tarda una fracción de segundo en pensar: “¿Qué es lo que estoy a punto a hacer?”.

La bondad está en ti. No tienes que crearla. En ti hay más bondad y más amor de lo que puedas imaginar.

¿Por qué deberías ser bondadoso? Cuando lo eres, eso hace que tú te sientas bien. Muchos quieren ser amables para que los demás aprueben su conducta. Pero cuando eres amable, tú te sientes bien. Un aliciente muy bueno. Y es muy contagioso.

¿Quieres ser bondadoso? Empieza por serlo contigo mismo. Sí, la gente se enfada y todo lo demás, pero tienes que perdonar y perdonarte a ti mismo. Ahí empieza la bondad. Si no puedes ser bondadoso contigo mismo, serlo con los demás es arbitrario. Todos cometemos errores y seguiremos haciéndolo. Si no los cometiéramos, no podríamos aprender de ellos. Pero tenemos que aprender de ellos y avanzar, cueste lo que cueste. Cometer errores no es ningún problema, siempre y cuando aprendas de ellos.

Así pues, tienes bondad; tienes todo lo que necesitas. Practícalo. Te harás un experto en aquello que practiques. Es muy sencillo, de verdad.

miércoles, 9 de octubre de 2013

LIBERACIÓN EN EL PERDÓN-Emmet Fox

 LIBERACIÓN EN EL PERDÓN
 
                                           “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial.”
                                           (Mateo 6:14).
 
Liberar a otros entraña liberarse uno mismo, porque el resentimiento es, en verdad, una forma de apego. Es una verdad cósmica que se requiere dos personas para hacer un   prisionero: el apresador y el apresado. No existe eso de ser un prisionero por cuenta propia. Es más, el carcelero está tan preso como el reo a su cargo. Cuando se mantiene un resentimiento contra alguien, se está vinculando a dicha persona por una cadena mental. Se está unido por un vínculo cósmico a lo que más se odia. Justamente esa persona que, quizás en el mundo entero, es la que más te disgusta es con quien te estás  conectando por medio de un gancho que es más fuerte que el acero. ¿Es eso lo que deseas? ¿Es ésa la condición en que deseas  seguir viviendo? Recuerda, perteneces a aquello con lo que te vinculas en pensamiento; y en algún momento u otro, si dicho eslabón perdura, el objeto de tu resentimiento regresará a tu vida, quizás para causar más estragos. Nadie puede darse el lujo de esto, por lo que tienes que cortar de plano todos los nexos de esta índole mediante un acto claro de perdón. Tienes que aquietarte y dejarle ir. Mediante el perdón te liberas a ti mismo y salvas tu propia alma. Y en vista de que la Ley del Amor trabaja de igual manera para todos, ayudas a salvarle el alma al otro también.

Acerca de Ti,

Mensaje: Acerca de Ti, Noticias para el corazón, Martes 8 de Octubre 2013, por Prem Rawat. Este es un Boletín editado y distribuido por Juan Angel Moliterni (www.escuelaclaridad.com.ar).Me gustaría dedicar un momento a hablar de ti. ¿Por qué te conozco? Porque, a un nivel básico, no eres diferente a mí. No me refiero a tus logros, ni a tu potencial, ni a las cosas por las que has pasado. Pero, a nivel del ser humano –en el que estamos tú y yo– hay algo que tenemos en común. Yo estoy vivo y tú estás vivo. Un aliento entra en mí y un aliento entra en ti. Lo que buscas es la felicidad, independientemente de los medios con los que crees que puedes conseguirla. Anhelas la felicidad, la alegría, la paz; y eso es lo que anhelo yo también. Así que, te hablo a ese nivel básico, no como un catedrático, ni como un predicador, ni siquiera como un maestro, sino de un ser humano a otro.

Estamos atrapados en un increíble torbellino de cambios. Todo lo que nos rodea está en continuo estado de cambio. Cambian los pensamientos, las ideas, las percepciones… Y tú cambias sin cesar mientras tratas de luchar contra los cambios. Y en algún momento de tu vida, quizá llegas a esta conclusión: ya basta de luchar contra los cambios, dejemos que vengan. En medio de todos esos cambios, ¿podría haber algo que no cambia? No cometes ningún error al buscar esa cosa que no cambia. Es inherente a tu naturaleza buscarla para poder tener algo en tu vida llamado estabilidad, poder reconocer los cambios sin dejar de tener la dignidad de ser quien eres.

¿Quién eres? Tener esta vida ha sido una bendición increíble para ti. Es algo mucho más importante de lo que piensas. Mucha gente dice: “Yo soy yo. He hecho esto y lo otro. No es para tanto”. Pues bien, te diré que eres totalmente único. No hay nadie como tú sobre la faz de la Tierra y, de hecho, ya lo sabes. Tu forma de sonreír, de ver, de pensar, de reír, de llorar, de caminar, tu forma de saber y de no saber… es algo completamente único. Una vez que te vayas, nunca serás reemplazado; jamás.
El milagro es que esta respiración entró en ti y estás vivo.

Puedes pensar, y comprender, y sentir. Todo eso es un milagro, y tiene lugar dentro de cada ser humano. Cuando el sol sale o se pone, toca un acorde de apreciación en ti, y dices: “¡Qué bonito!”. Cuando alguien toca la guitarra melodiosamente y con sentimiento, hace sonar una nota dentro de ti. Pues bien, déjame preguntarte algo: ¿es posible que también haya paz en ti, pero que no hayas encontrado lo que puede evocarla? ¿Podría ser así de sencillo? ¿Sin una conferencia mundial? ¿Sin “líderes” que se reúnen para hacer propuestas de paz?

Te estoy diciendo que la paz ya está dentro de ti, que lo que buscas está en tu interior. ¿Podría ser que eres más completo de lo que crees? ¿Podría ser que la paz haya sido colocada dentro de ti, en tu corazón, para que sepas dónde encontrarla?

Lo que necesitas es que el tambor de la claridad redoble en tu vida, y eso hará que suene el ritmo de la paz. Tu patrimonio no lo constituyen las cosas que tú crees. Tu verdadero activo es la claridad que reside en ti, tu conciencia, tu capacidad de comprender la paz que hay en tu interior. Ése es tu patrimonio. Sin eso, sin el reconocimiento de lo Divino que mora en ti, buscarás y buscarás. Y cuanto más busques, más te desilusionarás. Esto que te digo, ya lo sabes, y no porque alguien te lo haya dicho, sino porque es parte de lo más básico que existe dentro de cada ser humano, del material que realmente eres, no de tus ideas.

La paz es una realidad. La alegría que está dentro de ti también es una realidad. ¿Qué necesitas? Necesitas a alguien que pueda mostrarte el camino interior, alguien que coloque un espejo ante ti para que puedas ver quién eres. Aquí lo esencial es ver realmente. Puedes escribir un libro acerca del agua, o de un vaso, pero saciar la sed es una experiencia que hay que tener. Lo que buscas está dentro de ti. Si necesitas ayuda para encontrarlo, yo puedo ayudarte. Eso es todo. Es sencillo; el hecho de estar aquí es hermoso por naturaleza.

Comprende esa sencillez, esa belleza, lo que significa estar vivo. Aprende a disfrutar de lo que más se puede disfrutar. Llena tu vida.


sábado, 5 de octubre de 2013

INVOCACIÓN AL RAYO VIOLETA

INVOCACIÓN AL RAYO VIOLETA
Cuando
 es invocado, el “Rayo Violeta” hace desaparecer el karma, lo caduco, lo que no sirve, las ataduras, los apegos, odios, rencores, pesares, dificultades, angustias y errores,
produciendo transformación, transmutación, perdón y libertad.
Se puede invocar el “Rayo Violeta” ante toda situación negativa.
Al decretar, se debe sentir, pensar y meditar concentradamente:
“YO SOY EL RAYO VIOLETA DEL PERDÓN, EN ESTA SITUACIÓN”.
Se debe invocar el “Rayo Violeta” tantas veces como sea necesario, hasta que se vea la realización.

“Pilares de la Metafísica”; Rubén Cedeño

LLAMA VIOLETA DEL PERDÓN

LLAMA VIOLETA DEL PERDÓN
Siempre debemos perdonar los agravios y lo negativo que nos puedan hacer.
Perdonemos tan simultáneamente como el daño mismo sucede.
Sin perdón no hay progreso.
Perdón y olvido son una misma cosa. 
A lo perdonado, olvidado.
No reclamemos ni hiramos, antes ni después del perdón, porque el verdadero perdón lleva implícito el olvido.
No presumamos de lo perdonado. Perdonemos aunque sea de boca, por cumplir mecánicamente con la Enseñanza, el tiempo se encargará de hacerlo una realidad.
Perdonemos porque somos esencia perdonadora y no podemos vivir sin perdonar, nos lo enseñen o no nos lo enseñen.
Borremos la palabra “rencor”.
El PERDÓN no existe cuando no hay ofensa. Cuando nada ofende no hay nada que perdonar.
Que no ofendamos y que nada nos ofenda.
El máximo “Perdón” es no tener que perdonar porque todo está perdonado.
Existe orgullo cuando uno se cree superior porque puede perdonar la agresión del otro al que considera inferior.
Hay “Amor Compasivo” cuando desaparece el ofensor y el ofendido, el transgresor y el transgredido, el que tiene que perdonar y el perdonado.
Por más que nos hagan mal, hablen horrores de nosotros, sean injustos, nos calumnien, no reaccionemos negativamente porque no existe mal alguno en el “Corazón Compasivo”.
Siempre hay que tener la “Buena Voluntad” de arreglar y perdonar toda situación inarmoniosa surgida con los demás, no importa lo grave que haya sido.
Cada vez que alguien en un problema, litigio o prueba, nos pida perdón, démoslo; y si después de perdonado nuevamente nos lo vuelve a pedir, otra vez hay que volver a perdonar.
Pidamos perdón a diario por todo ya que a veces no nos damos cuenta cuando ofendemos.
Toda represión, persecución, calumnias, críticas perversas que genera alguien contra nosotros con el afán de destruirnos, son para hacernos crecer en paciencia, humildad, recogimiento, interioridad y “PERDÓN”.

Se ejercita el verdadero perdón con la persona que más nos ofende.

“Te doy mi amor y mi perdón para bendecirte y prosperarte”.

Libro: “CÓDIGOS DE LA VIVENCIA ESPIRITUAL”, de Rubén Cedeño.