Gracias por estar alli y que Dios los Bendiga. LO SIENTO POR FAVOR PERDONAME GRACIAS TE AMO
sábado, 11 de septiembre de 2010
Perdón
Si realmente entendieras el poder del perdón, de seguro no dudarías un instante mñas en perdonar todos y a todos.
¡Si pudieras realmente comprender que la salud, tus relaciones, la economía y hasta aquello que llamas destino podría transformarse en el mismo momento en que dejaras ir a esa persona o aquella situación que tienes pendiente y aún está presente en tu mente!
En vivir en el zona, definimos el perdonar como : “Trascender el juicio que originó una condena, reconociendo que su fuente es una ilusión”.
Vuélvelo a leer.
Piénsalo.
Perdonar, entonces, no es disculpar, ni entender, ni justificar. Perdonar es ver más allá tus juicios, es la máxima herramienta para volver a tomar el camino hacia la paz.
Cuando emitiste un juicio hacia otra persona, o hacia alguna situación, pusiste tus propios pensamientos frente a ti, como un espejo, para poder reconocerlos.
Así, estratégicamente, los sacaste de ti para no tomar responsabilidad por ellos.
Tu propio dolor, tus carencias y tus errores estuvieron frente a ti y por eso es que te molestaron tanto.
Es decir, nunca te has enojado por la razón que creíste. Nunca has visto realmente lo que tenías enfrente, sino tus propias culpas.
Pero no ha pasado nada, sólo te has demorado y este es el momento de iniciar tu viaje de regreso.
Aquello que pensaste fuera de la zona, lejos del amor, debió ser reconocido. Por eso llegaron a tu vida las personas y las situaciones que te ayudaron a despertar de esa ilusión.
Y como no pudiste verlo con claridad, porque pusiste la culpa fuera de ti, las personas se multiplicaron, el dolor se hizo más evidente y fuiste perdiendo fuerzas.
¡Pero hoy es tu momento de despertar!
Esta semana, repasa la lista de personas o situaciones en las que aún tienes pendiente usar el amor. Y vuelve a elegir.
Al personar, finalmente agradeces a esas personas o esas situaciones que llegaron a tu vida para recordarte tus propias mentiras, tus miedosos aprendizajes y tus condenas.
Perdonar no requiere que hagas nada más que desarmar la película que has montado con un libreto de culpas y enojos.
Perdonar es abrir las puertas del paraíso.
Y ya sabes dónde está escondida la llave…
Un Curso de Milagros para vivir en “La Zona” (Julio Bevione) :
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