domingo, 31 de octubre de 2010

EL PODER DE LOS DECRETOS

Hoy quiero hablarles sobre el poder de los decretos para que tomen en cuenta que aquello en lo que centran sus pensamientos y aquello sobre lo que hablan es lo que atraen a sus vidas.




Ya lo he platicado en otras ocasiones y he puesto el ejemplo de un arquitecto que antes de construir un edificio primero lo crea en su mente, nace como una idea, al principio ni siquiera sabe como va a ser, simplemente tiene la idea (intención) de construir un edificio, luego comienza a darle forma en su mente, la plasma en bosquejos aislados que posteriormente pasarán a consolidarse en los planos de la construcción para después y sólo después de haber revisado concienzudamente los planos se iniciará con la construcción del edificio.



Así eres tú, querido hermano, así soy yo y así somos todos, incluso antes de nacer fuiste la intención de hacerlo, planeaste por algún tiempo lo que vendrías a hacer, lo platicaste con tus MAESTROS, con los miembros del tribunal kármico, llevaste a cabo un plan detallado y buscaste el mejor momento, las mejores circunstancias que pudieran darte todo aquello que necesitas para vivir lo que te propusiste vivir; algo así como si fueras un actor que lee el libreto antes de iniciar la filmación de una película... Tú eres el actor principal y los MAESTROS son tus consultores, aquellos que te ayudan a prepararte para que ejecutes mejor tu papel, el tribunal kármico es el equipo de productores a quienes tienes que convencer de que estás listo para interpretar ese papel, y entonces comienza la filmación de la película al salir del vientre de una mujer que a partir de ese momento es tu madre.



El DECRETO es esa intención inicial que tuvo el arquitecto, la intención inicial que tuviste antes de nacer... y mira que hermosas cosas han creado los arquitectos... grandes edificios, grandes capillas, templos, puentes, etc. y mira también que grandes cosas has creado a lo largo de tus actuaciones (encarnaciones)... grandes óperas, grandes comedias, algunos cuantos melodramas... has ganado mucha experiencia, tanta que si existieran los premios de la academia en el tribunal kármico ya habrías ganado varios Oscar.



El DECRETO es el mandato, la orden que damos al universo de que algo queremos, de que estamos necesitando algo y lo estamos solicitando a nuestro padre, es la intención de expandirnos y de experimentar algo nuevo en nuestras vidas.



Cuando llegas a este conocimiento es porque has venido a interpretar el último papel de tu vida, has venido a tu última encarnación "necesaria"; y comienzas siendo alumno de metafísica, a conocer un poco sobre todos estos nuevos conceptos de DECRETOS y demás temas de crecimiento interno.



Pero también hay aquellos que llegan a este conocimiento y lo entienden claramente, ellos ya salieron del círculo de encarnaciones, ya no tienen que encarnar por obligación, ahora lo hacen para cumplir una determinada misión que normalmente es la de instruir a otros y convertirse en la enseñanza viviente de la metafísica, son los llamados Maestros y MAESTROS de los que nos hablaba ayer el MAESTRO Hilarión.



Es necesario que mantengas la atención en tus pensamientos, pues ellos son esa intención que comienza a mover al Universo para manifestar en tu exterior lo que está dentro de ti.



Es necesario que mantengas la atención en tus palabras, pues ellas son los planos que describen la construcción de tu edificio (vida) y a través de ellas comienzas a pedir al constructor universal (gran arquitecto, universo, Dios, etc.) las herramientas que necesitas para su construcción y él, como inmensa fuente de provisiones, te las hace llegar.



Es necesario que mantengas la atención nuestras acciones, pues ellas son la construcción de tu edificio (vida) y que el Universo se encargará de manifestar en tu entorno.



Es necesario que te mantengas alerta y consciente de que tu mundo externo no es otra cosa que un reflejo de tu mundo interno y que, para obtener una mejor experiencia exterior es necesario cambiar la fuente de creación, es decir, tu interior.



Recibe un fuerte abrazo de luz y de amor



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Namaste

Roberto X. Fernández

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