REENCARNACIÓN-Emmet Fox

¿Alguna vez te has preguntado por qué hay tanta diferencia entre los seres humanos? ¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas parecen ser tan felices y afortunadas en sus vidas, mientras que otras parecen experimentar tanto inmerecido sufrimiento?. Para el alma honesta e intrépida, el problema de la disparidad de las vidas humanas es uno que clama por solución.



Los hombres y las mujeres no nacen libres e iguales. Son creados libres e iguales, pero no nacen así. Comienzan esta vida como caballos en una carrera de gabela –no hay dos que lleven la misma carga-. Ahora bien, ¿por qué habría de ser esto así si, indudablemente, Dios es Amor, si Dios es justo, y si Dios es Todopoderoso?.



La respuesta es que esta vida que estás viviendo hoy no es la única vida, y que la misma no puede ser entendida cuando se la evalúa individualmente. Has vivido antes, en diferentes eras y en diferentes civilizaciones. Algunos de los que están en el fondo de nuestra escalera social han caminado la tierra como reyes, y generales, y sumo sacerdotes; y algunos de los que ahora ocupan los asientos de poder, se han fajado como simples campesinos, o llevado las cadenas de esclavo. Y tú en edades futuras, es seguro que regresarás a este planeta Tierra y vivirás otra vida. Las condiciones bajo las cuales comiences dicha vida será el resultado de las vidas que ya has vivido; pero más en particular será el resultado de la vida que estás viviendo al presente. Lo que habitualmente se denomina “una vida” no es más que un día comparativamente breve en una larga, larga vida, y las circunstancias en las que naciste son el resultado natural de la manera en que has vivido y te has comportado en tus vidas anteriores. Estás cosechando hoy los resultados de las semillas que sembraste durante muchas vidas anteriores.